RETO 1
Quiero comentar una noticia
surgida en el 2014: “Mónica Oriol: las embarazadas son un problema para las
empresas, no se las puede echar y no se esfuerzan”, adjunto el enlace a dicha
publicación.
En su día me impactó mucho cuando
la leí.
El ámbito de la problemática que
se muestra es el de los roles de género en materia de trabajo, estereotipos y
relaciones de género, comprendiendo los tres pilares de la construcción social
del género.
La protagonista es Mónica Oriol,
participante en la XXV Asamblea Plenaria del CEAL. En su
intervención en dicho evento se escuda en una ficticia productividad inferior para
incitar a la supresión de las medidas protectoras por discriminación en las
empresas. Transforma una medida protectora de la natalidad y del trabajo
femenino en una supuesta desventaja. Dice que para que las mujeres lleguen a
cargos directivos han de sacrificarse y no escudarse en las leyes. Y que "El sacrificio para llegar a un puesto
directivo tiene un precio: o te casas con un funcionario o tienes un marido al
que le encantan los niños".
Afecta al rol de género de las
mujeres en las relaciones laborales al excluir de puestos directivos a las
mujeres que deseen ser madres y que
deben de soportar todo el peso de la crianza. Postura equivocada que incita a la
renuncia de la maternidad y amputa el derecho de tener descendencia. Las
mujeres deben renunciar a su carrera laboral y dedicarse al cuidado de los
hijos.
Esto subordina todo a la
productividad y la ganancia desde una óptica neoliberal y tradicional. Enfoque falso
desde su raíz. Una empresa no es menos competitiva por aplicar políticas de
discriminación, hay una dimensión social en la empresa. También se apoya en los
estereotipos hombre-mujer creados en el constructo social del género. La elección
de un marido funcionario o que ame a los niños si quiere tener descendencia es
un insulto. Si nos ponemos las gafas de color violeta e invertimos la situación
qué opinaríamos si nos dicen a los hombres que si queremos tener familia nos
unamos a una funcionaria o una mujer que ame a los hijos para que se queden con
ellos. Opinaríamos que es un despropósito.
Oriol entró en un consejo de
administración por medio de una cuota femenina: dice que los hombres esperaban
poco de ellas, pero que conocer es amar. Los hombres las han aceptado al
conocerlas, no por sus capacidades intelectuales. Las mujeres son objeto de
amor, el elemento pasivo, no son sujeto de acciones en la empresa, solo le ha
faltado decir que “decoran mucho”.
Extraña la posición de Mónica por
ser mujer. No tanto si reflexionamos acerca de los ambientes y la educación que
ha recibido. He buscado su procedencia y he encontrado esto en https://www.libertaddigital.com/personajes/monica-de-oriol/.
Se atisba una educación tradicionalista con alto poder adquisitivo en una familia
tradicional. Sus opiniones serán producto del aprendizaje y ambiente en que ella
creció. Se señala que tiene seis hijos y su marido no es funcionario, es
directiva, ¿no será que la riqueza es un aspecto fundamental del problema del
cuidado de los hijos? Su vida desautoriza sus argumentos
La estrategia a seguir para
acabar con estas desigualdades es profundizar en la educación de mayores y
niños, realizar políticas públicas de concienciación y legislar para que las
mujeres tengan un acceso justo al mundo laboral. Si por su sexo el hecho de la
gestación y nacimiento recae sobre ellas, es razonable que se las compense facilitándoles
su realización personal en el mundo laboral. Es fundamental que la gente sepa
que la educación y el cuidado de los niños trascienden el espacio de los
progenitores y abarca a toda la sociedad. Esto es inevitable en un mundo cada
vez más socializado, conectado y globalizado.
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